La pasada semana el Eurostoxx 50 alcanzó la zona de los 3.980 puntos, lo que representa desde los 4.243 puntos una caída prácticamente idéntica a la que desplegó entre junio y mediados de julio desde los 4.165 a los 3.904 puntos. La vela con sombra inferior alargada que desplegó el viernes, en forma de doji, invita a ser optimistas, pero para confiar en que los alcistas van a retomar el mando lo mínimo que debemos exigir es que cierre el hueco abierto desde los 4.035 puntos y preferiblemente que recupere los 4.095 puntos.
Por tanto, para que no tome cuerpo una corrección mayor tras la apertura bajista a la que estamos asistiendo, debería de mantenerse sobre este importante entorno de soporte por donde, además, discurre la banda inferior de una bandera. Mientras no lo pierda a cierre de sesión confiaremos en la aparición de interés comprador y tendremos un sesgo positivo para operar a corto y medio plazo. Perderlo abriría la puerta a una corrección mayor que podría ir hacia la zona de los 3.785/3.735 puntos.
En todo caso, seguimos considerando que aún no hemos visto techo a las subidas originadas el pasado año desde los mínimos de marzo, por lo que de cara a la recta final de año seguimos esperando un nuevo máximo creciente que aproxime la cotización del Eurostoxx a los máximos del año 2007 sobre los 4.500 puntos.



