Se habla mucho en los últimos tiempos del efecto F.O.M.O, las siglas en inglés de Fear of Missing Out, “miedo a perderse algo”. Es un fenómeno psicológico, fruto de una sensación de aislamiento, de inquietud, de malestar que invita a la acción, generalmente a comprar detrás de los precios y de la masa cuando se produce cierta euforia en las bolsas.

Pero poco se habla del efecto Wall of Worries, o muro de preocupaciones, un concepto importante para los llamados inversores contrarian. Israel, Ucrania, inflación, tipos de interés, deuda desbocada, déficit galopante, elecciones de EEUU….. preocupaciones, desafíos, retos difíciles de salvar, incertidumbre, en definitiva, Wall of worries. Son muchos los economistas que advierten de inminentes riesgos, de hecho, llevan haciéndolo varios años, no solo desde el estallido de la pandemia. Realizan todo tipo de predicciones, unas más fundadas o argumentadas que otras, más o menos contradictorias, que afligen a muchos inversores, pero que chocan con la evolución de las bolsas y los fundamentales de las empresas. Por la propia naturaleza del ser humano, simplemente por instinto de supervivencia, somos mucho más sensibles a los riesgos que a las potenciales recompensas.

Es un craso error aproximarse a las bolsas con gafas de economista

Este concepto afronta la naturaleza dinámica de los mercados, donde las preocupaciones se manifiestan como obstáculos insalvables, se erigen como un freno al desarrollo de las economías, y como derivada, también de las bolsas. Pero es sabido por los inversores más expertos, que es un craso error aproximarse a las bolsas con gafas de economista. Precisamente las preocupaciones pueden convertirse en palanca de las bolsas, en gasolina para subidas sostenibles. En lugar de ver el “muro de preocupaciones” como un obstáculo, los inversionistas expertos lo consideran como una oportunidad para identificar activos infravalorados. Comprar en momentos de preocupación puede resultar altamente rentable.

Como sabemos la bolsa se mueve por expectativas, y cuando los riesgos son palpables o evidentes para todos, suele ser también razonable que ya estén descontados, que todos estos problemas se vean superados, que la Economía se mueva de forma controlada, sin demasiados altibajos, que se produzcan aterrizajes suaves y que la bolsa, mientras tanto, pueda seguir su propio camino, aparentemente preocupada, pero haciendo caso omiso de tanta predicción y agorero. La bolsa no gusta de la euforia para que los movimientos sean sostenibles, y es por ello que el miedo puede ser un buen aliado para ser combustible de la tendencia, una tendencia que a todas luces siguen siendo alcista a plazos largos, sobre todo en Wall Street.

Los techos no suelen producirse cuando hay mucha incertidumbre, sino cuando hay certidumbre, cuando todo parece miel sobre hojuelas. Por tanto, las subidas de las últimas semanas, que podemos considerar que es un simple rebote fruto del espíritu navideño, un regalo de los Reyes Magos, podría ser algo más que un rebote, podría ser el origen de un movimiento que sirva para situar nuevamente a las bolsas en subida libre absoluta.

¿Quién sabe si volveremos a ver al Dow Jones cotizando en el entorno de los mínimos de octubre, en los 32.000 puntos? Puede ser, ¿quién sabe?, pero el riesgo de no subirse a una tendencia que en próximos años es muy probable que sitúe al Dow Jones sobre los 100.000 puntos está ahí, máxime cuando cuenta con un claro aliado, un muro de preocupaciones…. Bajarse de una tendencia es fácil, volver a subir, puede no serlo tanto, aunque lo parezca.

2024 puede ser un año muy interesante, ¿quizás esté poniendo ya sus semillas?

Gestión de riesgos, lo iremos comentando…

Dow Jones Semanal

Una respuesta a “Wall of worries, aliado de las bolsas”

  1. […] Wall of worries, aliado de las bolsas […]

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